Como ya anticipé en la crónica anterior, he estado investigando un poco sobre ambas especies. En primer lugar he de decir que en base a la información recabada, mi opinión, (perfectamente discutible), es que en el social anterior no salió ninguna salpa, eran todo chepas. En el caso de los ejemplares adultos, de gran tamaño, no entraña ninguna duda, pues las chepas en su madurez tienen unos rasgos muy característicos que todos conoceis, y que se aprecian muy claramente. El problema viene cuando los ejemplares son de menor tamaño y aún no han alcanzado un grado de madurez significativo...
En el caso de las chepas, existen dos rasgos en los ejemplares de menor tamaño que pueden hacer que las confundamos con las salpas:
En primer lugar, cuando son adultas, los tonos de su librea son grises y azulados, sin embargo, en ejemplares menores, esos tonos son amarillentos (al igual que en las salpas).
Además, las frangas oscuras, anchas y verticales que tienen las chepas adultas, no las tienen las jóvenes, algo que también hace que en esta etapa podamos confundirlas con las salpas.
Deberemos tener en cuenta ambas características, por lo que no es una razón válida decir que es salpa porque es amarilla o porque no tiene frangas verticales y oscuras.
Vamos ahora con los rasgos diferenciadores, unos más claros que otros...
La salpa tiene tanto la cabeza como la boca más pequeña que la chepa, y un cuerpo más ovalado.
La salpa tiene que tener entre 10 y 11 lineas longitudinales, que van desde la cola hasta la cabeza ininterrumpidamente y que son de color amarillo, mientras que en la chepa no son tan nítidas.
La salpa tiene en la base de las aletas pectorales una pequeña mancha negra.
La aleta dorsal de las chepas presenta 11 espinas duras.
El ojo de la salpa se encuentra prácticamente a la misma altura que la boca, mientras que la chepa tiene el ojo ligeramente elevado con respecto a la boca.
Espero que estas pautas nos ayuden a diferenciar ambas especies, pues la tarea del pescador no es solo cebar y lanzar, sino que va más allá, y no queda otra que acordarnos de esto cuando nos pregunten: “¿Chepa o Salpa?”
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