lunes, 24 de octubre de 2011

¡¡¡ Una de Diplodus !!!



Lo prometido es deuda, asique aqui teneis el segundo encuentro Fer-Tanero. En esta ocasión no serían las doradas sino los sargos los que nos depararían una divertida jornada de pesca, esperamos que os guste...

En esta ocasión sería mi lanchita ( Si es que se le puede llamar así, pues no creo que ni siquiera el diminutivo exprese ese tamaño tan enano) la testigo del segundo encuentro pesquero entre Walter y yo.

Mi primera idea era intentar dar con las doradas en las inmediaciones de un espigón donde me constaba que habían entrado semanas anteriores, algunas de ellas de buen porte. Le consulté a Walter y le pareció buena idea. Una vez llegamos a la posta, el viento era más fuerte que dentro de la ría, y dado que la estabilidad de la barca deja mucho que desear, no era cómodo pescar allí. Sin embargo había que lanzar unas cuantas veces por si las tanas merodeaban unos metros más abajo. Era un día de sol; lanchas y zodiak de gente irrespetuosa no paraban de pasarnos al lado de las cañas, condiciones que hacían difícil poder clavar una dorada.


Como podeis comprobar el inicio de la jornada dejó bastante que desear ( en lo que a la pesca se refiere, pues la compañía no podía ser mejor y las risas nunca faltan).




Decepcionados, decidimos cambiar de posta y de especie: esta vez iban a ser los sargos los que cambiaran por completo la situación para ofrecernos una jornada de pesca fructífera y muy divertida, pues prácticamente no daban tregua. Siempre soy partidario de llevar varios tipos de cebo, pues según qué días y condiciones comen mejor unos u otros. A bordo teníamos tubo, mejillones, navajas y mangón ( arenícola, chorrón, sangrón), pero sin duda el cebo estrella de fue la navaja, la cual devoraron sin piedad.

Serían mas o menos las 19:00 cuando llegamos a esta nueva ubicación. La marea estaba subiendo a buen ritmo y aún faltaba sobre hora y media para la pleamar. Empezamos a coger los divertidos sargos que sin duda presentaban una buena actividad aquella tarde. Como siempre Walter parece adivino y cuando se acercaba el repunte de marea, momento en el que la corriente cesa por unos minutos, dijo que era el momento de sacar el sargo más grande... ¡¡No pasaron ni dos minutos tras decir esas palabras y allá vá el puntero de una de las cañas marcando una picada de escándalo !!! y el genio no se equivocó, efectivamente fue el sargo más grande de todos los que salieron.




Así continuó la jornada, fue muy buen momento el ocaso también. Una vez se metio la noche, decidimos aguantar un poco más para ver si podíamos disfrutar de las últimas batallas de estos espáridos, pero no fueron ellos sino una bonita lubina lo que Walter engañó con una senrada de tubo, a la que le siguió una anguila con la que dábamos por concluida una jornada que responde muy bien al dicho de: “ Esto no es como empieza... sino cómo acaba...





Una vez más, dar las gracias al Tanero por su compañía, lecciones y consejos siempre bienvenidos. Incluso detectó rápidamente en esta nueva ría dos o tres postas, basándose en las corrientes y demás factores, que tenían toda la pinta de ser “comederos” de tanas, y que sin duda son sitios donde habrá que fondear en próximas salidas para averiguarlo.

En definitiva, otro día de pesca estupendo que me deja con las ganas de repetir una y otra vez al lado del Tanero. Un saludo y buena pesca!