domingo, 25 de septiembre de 2011

Doradas con Walter Tanero






Y finalmente llegó el día, tan esperado para mi... el día en que pude cumplir una de mis metas como pescador: compartir una jornada de pesca con Walter Tanero.





CON EL TANERO

En mi opinión (igual a la de muchísima gente) uno de los mejores pescadores de doradas que existen, conocedor de esta especie a la perfección, sus costumbres y hábitos alimenticios, migratorios, reproductores, lo conoce todo!! Es sorprendente la pasión (que comparto al 100%) que muestra por la naturaleza en general y por la pesca de esta especie en particular, por la que muestra un cariño y un respeto realmente admirable. Un verdadero fenómeno teniendo además en cuenta sus limitaciones ( que gracias a su fuerza de voluntad y afán de superación os aseguro que no parece tenerlas), por motivo de un desafortunado accidente de coche que sufrió hace unos años.

Me enseñó muchísimas cosas en las horas que compartí con él, pero la técnica de los cebos duros, particularmente el cangrejo, es algo increible. Walter la controla a la perfección, pero para mi era algo relativamente novedoso, pues aun habiendo leído y visto mucho sobre esta técnica, nunca la había llevado a la práctica como aquel día. Es sin duda una de las pescas más bonitas que he realizado, pues no os podeís imaginar con que sutileza una dorada es capaz de destrozar “literalmente” un cangrejo sin apenas mover el puntero de la caña, y no son pocas las veces que sin darte opción a clavarlas te devuelven como souvenir una o dos patitas de este crustaceo... Es una técnica dificil, pero espectacular, y los resultados saltan a la vista, solo debeis visitar su blog para comprobarlo, por lo que aprovecho para anotar el enlace: http://dorada-tanero.blogspot.com/








Comentando ahora la jornada... Salimos un sábado por la tarde, Walter decidió la posta en la que fondear y comenzamos la tarea. Él montó dos cañas con cangrejo, y yo decidí gastar con la caña restante dos cajas de americano que teniamos. Cierto es que cuando pescas con cangrejo y americano, te das cuenta de que este segundo no resulta ser tan selectivo, pues en el primer lance Walter se hizó con una chepa que rondaría el kilo de peso, y mas adelante saqué cuatro más de menor porte, pero lo que estaba claro es que habiendo chepas con ese cebo no iba a coger tana alguna, por lo que gasté pronto el USA y me inicié en su técnica. Tuvimos dos o tres picadas de tana, pero Walter dijo que se trataba de pequeños ejemplares y no conseguimos clavar ninguna, ( una dorada que pasa justa del kilo ya tiene lo que hay que tener para atacar a un cangrejo tamaño XL, pues nadie mete un dedo entre los molares de esta especie... ¿no?).


Más adelante, mientras estabamos a la espera de que se produjera la picada de una buena cabezona, escuché en repetidas ocasiones un ruido que era lo más parecido a si estuviera lloviendo muy fuerte sobre una zona de la superficie de la ría... asombrado le pregunté a Walter qué sucedía, y me contestó que lo que producía ese ruido y ese chapoteo... ¡¡ Era un banco de peones y parrochas!! Que estaban intentando escapar de las lubinas que les acechaba por debajo, y subían a la superficie igual que balas!! Sin más dilación, Walter montó rapidamente una caña de spinning con un vinilo, hizo unos lances y me la pasó, y al quinto o sexto lance, ZASS, una bonita lubina picó en el vinilo que venía trabajando entre tantísimos peones!!






Con ganas de regresar al día siguiente, volvimos al pantalán, cenamos, dormimos un poco y a las 6:00 am estabamos de vuelta en la lancha para intentar clavar alguna dorada de consideración. Al poco de lanzar la primera caña, notamos la primera picada, y aunque Walter es un experto clavándolas, la dificultad que esta fase conlleva hace que tener un 80% de efectividad sea todo un record. Tuvimos varias picadas, sin duda estaban activas al alba, mucho más que en el ocaso del día anterior. Mi inexperiencia me hizo perder alguna picada ( una de ellas de una dorada que según Walter superaba los dos kilos por el hilo que sacó al principio), e incluso perdí una muy cerca de la lancha, por no cansarla lo suficiente desde lejos, pues pegó dos cabezazos que le sirvieron para desanzuelarse. Pero de los errores se aprende, y finalmente consegui clavar y sacar una, aunque el maestro es el maestro, pues Walter clavó dos, (una me la dejó sacar a mí), y otra la recuperó el mismo. No eran muy grandes, pero lo suficiente como para no olvidar ese fin de semana, no solo por la pesca sino también por la compañía, el paisaje, y todo lo que allí aprendí...

Sin nada más que comentar, esperamos que os guste el video y doy mil gracias de corazón a Walter por todo!!!








PDT: Compartimos una segunda jornada pesquera, esta vez en mi lanchita, donde los sargos nos hicieron pasar una tarde muy divertida, que pronto mostraremos en ambos blogs. Un abrazo a todos y buena pesca!